
BMW Isetta: Celebración de un ícono en BMW La Dehesa
Celebramos siete décadas de historia con una exhibición única del BMW Isetta
Celebramos siete décadas de historia con una exhibición única del BMW Isetta
El pasado sábado 14 de junio, BMW La Dehesa celebró los 70 años del legendario BMW Isetta con una exclusiva exhibición de modelos originales que deleitó a fanáticos, coleccionistas y amantes de la historia automotriz.
En una jornada cargada de historia y nostalgia, BMW La Dehesa fue el escenario de un evento único: la conmemoración de las siete décadas del emblemático BMW Isetta. En el showroom se exhibieron siete unidades originales del modelo, transportadas en colaboración con el Club Isetta Chile, quienes hicieron posible que los asistentes pudieran admirar de cerca esta joya de la micro movilidad.
La celebración no se limitó a la exposición de autos. BMW preparó una experiencia completa para todos los asistentes, con actividades especialmente pensadas para disfrutar en familia, regalos y un ambiente cargado de historia y buena energía. Los visitantes pudieron tomarse fotos con los vehículos y conocer anécdotas únicas sobre el desarrollo y la trayectoria del Isetta. Fue una jornada de encuentro entre generaciones, donde el pasado y el presente se fusionaron en torno a un ícono de la movilidad.
Esta exitosa exhibición fue posible gracias a la colaboración con el Club Isetta Chile, un grupo de entusiastas que ha dedicado años a preservar y restaurar estos microcoches. Fueron ellos quienes trasladaron sus preciadas unidades hasta BMW La Dehesa para hacer posible esta muestra histórica. Su compromiso con la conservación del patrimonio automotriz fue clave para que los visitantes pudieran conectarse de forma directa con el espíritu de los años 50.
El BMW Isetta es mucho más que un coche pequeño: es un símbolo de ingenio, resiliencia y diseño. En la década de 1950, BMW atravesaba una profunda crisis económica. La caída en la demanda de motocicletas y la complejidad de fabricar automóviles grandes como los modelos 503 y 507 pusieron a la compañía al borde de la quiebra. Fue entonces cuando en el Salón del Automóvil de Turín de 1954, la marca encontró la inspiración que cambiaría su historia: el Iso Isetta, un microcoche de diseño italiano creado por un fabricante de frigoríficos.
BMW compró los derechos de licencia y producción del Isetta y adaptó su diseño original de tres ruedas a una versión de cuatro, más estable y apta para las calles alemanas. Se incorporó un motor monocilíndrico de 250 cc, tomado de la motocicleta BMW R25, que generaba 12 caballos de fuerza. Así nació el BMW Isetta 250, que luego sería actualizado a 300 cc y 13 HP. Compacto, económico y accesible, el Isetta fue el vehículo perfecto para una sociedad que buscaba soluciones eficientes y asequibles en la posguerra.
El diseño del Isetta cautivó al público desde el primer momento. Su famosa puerta frontal, inspirada en un refrigerador, se abría por completo, permitiendo un acceso cómodo. Su interior estaba pensado para dos adultos, con un volante que se desplazaba junto con la puerta, haciendo aún más fácil la entrada. Gracias a su tamaño de solo 2,28 metros de largo y 350 kilos de peso, era ideal para la ciudad: ágil, flexible y económico en consumo. Lo apodaron como el “coche burbuja” y se transformó rápidamente en un fenómeno cultural.
El Isetta costaba 2.550 marcos alemanes, un precio al alcance de muchas familias. Además, como se lo consideraba más cercano a una motocicleta que a un automóvil, no requería licencia de conducir de auto: bastaba con tener licencia de moto. Esto lo convirtió en la opción perfecta para quienes querían movilizarse sin grandes costos ni complicaciones. En su primer año se vendieron más de 10.000 unidades, y en total, se fabricaron 161.728 Isettas hasta 1962.
Aunque en su momento fue una solución temporal para BMW, el Isetta se transformó en un clásico que hoy es considerado precursor de la micromovilidad moderna. Su éxito demostró que era posible diseñar un vehículo que respondiera a las necesidades urbanas sin sacrificar estilo ni funcionalidad. A lo largo de los años, su forma, su historia y su carácter lo convirtieron en una leyenda.
Hoy, el BMW Isetta sigue siendo una de las grandes atracciones en lugares como la BMW Welt de Múnich. Muchos visitantes incluso pueden dar un paseo en uno de estos autos, reviviendo el espíritu de los años 50. Y aunque el tiempo de los coches burbuja haya quedado atrás, el legado del Isetta perdura como símbolo de diseño inteligente y creatividad.
Gracias a eventos como este, BMW La Dehesa no solo celebra su herencia, sino que también permite que nuevas generaciones conozcan los hitos que marcaron la evolución de la marca. El Isetta no es solo un coche: es una declaración de principios, una historia de superación y una muestra de que, a veces, las grandes ideas vienen en tamaños pequeños.
Publicado 27 de junio, 2025.
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